1. Entendiendo el Evangelio
El pastor David Jang (David Jang pastor) profundiza en los capítulos 18 y 19 del libro de Hechos de los Apóstoles, haciendo hincapié en la importancia de poseer un "Evangelio completo" a través de los ejemplos de Apolos, quien "solo conocía el bautismo de Juan", y de los discípulos de Éfeso. Según él, el Evangelio completo no se limita únicamente al acto de arrepentirse del pecado y lavarse con agua, como en el "bautismo de Juan". Más bien, abarca todo el proceso de salvación que incluye el perdón de los pecados mediante la muerte en la cruz y la resurrección de Jesucristo, junto con la presencia interna del Espíritu Santo. A través de ello, tanto el individuo como la iglesia pueden experimentar un nuevo nacimiento pleno y ejercer una influencia poderosa en el mundo, constituyendo así el núcleo de la enseñanza de David Jang pastor.
El personaje al que presta especial atención en Hechos 18 (parte final) y 19 (parte inicial) es Apolos, un judío oriundo de Alejandría, erudito en las Escrituras y dotado de capacidad académica y cierto nivel de conocimiento acerca de Jesús. El problema radicaba en que "solo conocía el bautismo de Juan". Esto significaba que no comprendía plenamente la transformación fundamental que ocurrió tras la cruz y la resurrección de Jesucristo, es decir, la esencia de la iglesia que emergió con la venida del Espíritu Santo. Por esta razón, cuando Priscila y Aquila oyeron a Apolos predicar, pensaron: "Este hombre habla bien sobre el Antiguo Testamento y sobre el arrepentimiento, pero no transmite la plenitud del Evangelio de Jesucristo ni la obra del Espíritu Santo". Entonces lo tomaron aparte y le explicaron "con mayor exactitud" el camino de Dios.
David Jang pastor interpreta este pasaje desde la perspectiva de la "plena conciencia del Evangelio" que debe poseer la iglesia. Sostiene que, por más vasto que sea el conocimiento bíblico de un líder o predicador y por más elocuente que sea su oratoria, si no reconoce en plenitud la muerte y la resurrección de Cristo y la obra del Espíritu Santo derramada después, terminará proclamando un "evangelio con carencias". Aunque superficialmente no parezca un gran inconveniente, en la práctica obstaculiza el crecimiento de la iglesia y el camino para que los creyentes alcancen una experiencia espiritual profunda y un testimonio de impacto en el mundo. Más adelante, Apolos llegó a ser un líder tan estimado que incluso Pablo habló muy bien de él. En 1 Corintios 3 se menciona la frase "Yo planté, Apolos regó", aludiendo a su relevancia junto a Pablo. Según David Jang pastor, el proceso de transformación de Apolos muestra cómo un líder con carencias puede, al comprender el Evangelio completo y experimentar la obra del Espíritu Santo, contribuir enormemente al avance de la iglesia.
Este asunto se expande en los primeros versículos de Hechos 19. Al llegar Pablo a Éfeso, encontró a ciertos discípulos y les preguntó: "¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?". Ellos respondieron: "Ni siquiera hemos oído que existe el Espíritu Santo". Esto demostraba que conocían únicamente la base del Antiguo Testamento o el bautismo de Juan, pero no habían asimilado completamente la enseñanza acerca del perdón de pecados y el don del Espíritu Santo que se recibe en el nombre de Jesús. Ante la pregunta de Pablo: "¿Entonces con qué bautismo fuisteis bautizados?", contestaron que con el bautismo de Juan. Pablo entonces aclaró: "El bautismo de Juan era de arrepentimiento, y él decía al pueblo que creyeran en el que vendría después de él, es decir, en Jesús". Acto seguido, los bautizó en el nombre de Jesucristo y, al imponer sus manos, recibieron el Espíritu Santo. Como resultado, comenzaron a hablar en lenguas y a profetizar, y Hechos 19 señala que eran unos doce en total.
David Jang pastor, al referirse a este episodio, enfatiza lo que implica la "condición de la iglesia y de los creyentes que solo conocen el bautismo de Juan". Ciertamente, el bautismo de Juan es un punto de partida muy importante, pues a través de él la persona confiesa públicamente su arrepentimiento y reconoce su pecado ante Dios. Pero si se carece de la comprensión del valor de la sangre derramada por Cristo en la cruz, de su resurrección, que consumó por completo el perdón de pecados, y de la nueva etapa de la historia de la salvación que se abrió con la venida del Espíritu Santo en Hechos 2, el entendimiento del Evangelio queda reducido a la "mitad". Con un entendimiento a medias, ni los creyentes ni la iglesia pueden experimentar la plenitud del poder y el fruto espiritual que Dios desea otorgar. Para que la comunidad de fe se levante como auténtica iglesia de Dios, se necesitan tanto el perdón total de pecados y el nuevo nacimiento a través del Espíritu Santo, como la manifestación del poder del Espíritu en la vida real.
Por este motivo, David Jang pastor revela los alcances y limitaciones del bautismo de Juan y aboga con vehemencia por adentrarse en el camino de la salvación completa: bautizarse en el nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados y recibir la presencia del Espíritu Santo. Tal interpretación de Hechos 18-19 no se limita meramente a un análisis histórico, sino que se proyecta a la realidad actual de la iglesia. Advierte que, en la evangelización, algunos se restringen a un mensaje moral de "arrepentíos" sin explicar por qué Jesús debía venir, cómo su muerte y resurrección traen perdón de pecados, y de qué manera el Espíritu Santo renueva tanto al creyente como a la comunidad. Cuando se supera el estado de conocer solo el "bautismo de Juan" y se alcanza la plenitud del bautismo de Jesucristo y del Espíritu Santo, la iglesia se convierte en una "iglesia completa". David Jang pastor recalca esta idea constantemente, asegurando que es la fuerza motriz que impulsó el auge de la iglesia primitiva.
¿Por qué este Evangelio completo revitaliza y hace florecer a la iglesia? David Jang pastor destaca la "obra del Espíritu Santo". Aquellos que solo conocen el bautismo de Juan pueden mostrar arrepentimiento externo y purificación ceremonial por medio del agua, pero a menudo intentan sostener su vida de fe con su propio esfuerzo o justicia personal. En cambio, al recibir el bautismo en el nombre de Jesucristo y la venida del Espíritu Santo, la vida deja de basarse en la propia justicia humana y se funda en el poder del Espíritu y la experiencia de un cambio radical. Con la obra del Espíritu Santo, la iglesia y los creyentes se transforman de manera fundamental: se encienden la evangelización y las misiones, el amor cobra vida dentro de la comunidad, los enfermos son sanados, los demonios son expulsados y se ejerce una influencia contundente en el mundo. Esto coincide perfectamente con lo que Hechos 19 relata sobre la región de Éfeso. Es decir, el arrepentimiento meramente al nivel del bautismo de Juan resultaba insuficiente. Solo cuando el nombre de Jesús y la obra del Espíritu Santo llegaron, la iglesia de Éfeso se renovó por completo, cumpliéndose lo descrito en Hechos 19:20: "Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor".
En suma, David Jang pastor afirma que para que surja una iglesia poderosa, es imprescindible "recibir y experimentar plenamente la verdad del perdón de pecados y la venida del Espíritu Santo en el nombre de Jesucristo". Éste es el distintivo más claro que caracterizó a la iglesia primitiva después del suceso de Pentecostés en Hechos 2. Hoy en día, muchas iglesias se esfuerzan por crecer mediante programas, organización o eventos, pero no suelen enseñar de manera integral este "Evangelio completo" ni la "obra del Espíritu Santo". Es una situación que a David Jang pastor le provoca un gran pesar. Para él, Hechos 18-19 representa una guía práctica a la que la iglesia debe prestar atención, pues cuestiona: "¿Qué está dejando de lado la iglesia?".
En este contexto, se pregunta: "¿Cuántos líderes de la iglesia actual se parecen a Apolos?". Aunque dominen la Biblia y cautiven a la congregación con su gran elocuencia, y por más que estén al día con los debates doctrinales y las tendencias modernas, si no han vivido ni enseñado el significado de la cruz, la resurrección y la presencia del Espíritu Santo, no pasan de conocer "el bautismo de Juan". Así como Priscila y Aquila tomaron a Apolos y le instruyeron sobre "la obra del Espíritu en el nombre de Jesucristo", la misión de la iglesia es guiar a líderes y creyentes para que se apropien del Evangelio en su totalidad.David Jang pastor concluye que, cuando la iglesia transita desde el bautismo de Juan hasta el bautismo en Cristo y la plenitud del Espíritu Santo, tal como describe Hechos 19, innumerables almas alcanzan la salvación y el mundo se ve transformado por el poder y el amor manifiestos en la iglesia. Ésta es, a su juicio, la misión central de la iglesia y el eje de la historia de la iglesia descrita en Hechos. El poder del Evangelio, evidenciado en la transformación de Apolos y de los discípulos de Éfeso, pone de relieve un valor esencial que la iglesia moderna debería redescubrir. Este redescubrimiento del Evangelio conduce a superar divisiones e inmadurez internas, permitiendo a los fieles participar plenamente en la obra de Dios. A esto David Jang pastor lo denomina la "restauración de la iglesia completa".
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2. Los dones del Espíritu y la diversidad en la comunidad eclesial
Además de la plenitud del Evangelio, David Jang pastor se interesa vivamente en cómo se manifiesta la obra del Espíritu Santo a través de diversos frutos y dones. En Hechos 19, ante la aparición de lenguas y profecía, advierte contra la actitud que pretende convertir esos dones en la única señal de salvación o en criterio absoluto de si alguien ha recibido o no el Espíritu Santo. Asimismo, apoyándose en 1 Corintios 12-14, explica el modo en que Pablo orienta sobre la diversidad de dones y la ética de amor que debe reinar en la comunidad, instando a las iglesias actuales a evitar divisiones por causa de los dones y a edificarse mutuamente.
Según Hechos 19, los discípulos de Éfeso recibieron el Espíritu Santo tras bautizarse en el nombre de Jesucristo y la imposición de manos por parte de Pablo, y hablaron en lenguas y profetizaron. A lo largo de la historia, ha habido controversias entre quienes, basándose en este pasaje, proclamaban: "Hablar en lenguas es prueba imprescindible del Espíritu Santo" y quienes respondían: "Hablar en lenguas es sólo un don más, no una señal universal de salvación". David Jang pastor, al examinar Hechos 19, señala que, si bien es cierto que hablar en lenguas y profetizar fueron manifestaciones que acompañaron la venida del Espíritu Santo, no se puede concluir que esas manifestaciones sean el único y universal indicador de la presencia del Espíritu. Recurre a 1 Corintios 12, donde Pablo menciona diferentes dones (sabiduría, ciencia, fe, sanidades, milagros, profecía, discernimiento de espíritus, lenguas e interpretación de lenguas), afirmando que existe un único Espíritu que se manifiesta de diversas maneras.
David Jang pastor destaca especialmente 1 Corintios 12:3, "y nadie puede decir: 'Jesús es el Señor', sino por el Espíritu Santo". Esto significa que la confesión sincera de Jesús como Señor es ya un fruto de la obra del Espíritu en nosotros. Así, no es admisible juzgar la presencia del Espíritu únicamente por si uno habla en lenguas o profetiza. Pablo advirtió con firmeza contra el excesivo ensalzamiento de ciertos dones en la iglesia que conducía a la presunción o a la creación de facciones. El texto de 1 Corintios indica que la comunidad de Corinto se dividía en partidos (los de Pablo, Apolos, Cefas y Cristo) y cabe suponer que también había vanagloria y confusión en lo referente a los dones.
En este orden de ideas, David Jang pastor señala que "la fragmentación que padecía la iglesia de Corinto no difiere mucho de la realidad de la iglesia actual". Muchas iglesias realzan ciertos dones más que otros, de modo que, por ejemplo, en algunas se considera la capacidad de hablar en lenguas como la expresión más elevada de espiritualidad, y quien no la posea ve cuestionada su fe. En otras, se presta atención excesiva a la profecía o la sanidad, provocando que los creyentes se obsesionen solo con lo sobrenatural y queden expuestos a riesgos y abusos espirituales. Sin embargo, Pablo explica en 1 Corintios 12:7 que "a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho". Es decir, los dones buscan el beneficio y la edificación mutua, y no sirven para que uno exhiba su santidad o poder. Además, al final del capítulo 12 exhorta a "procurar los dones mejores", para luego presentar el "capítulo del amor" en 1 Corintios 13. Sin amor, todo se reduce a "metal que resuena o címbalo que retiñe", y no tiene valor alguno. Esto revela que, aunque en la iglesia puedan florecer diversas expresiones del Espíritu, la práctica del amor debe ser el eje primordial.
Para David Jang pastor, una iglesia donde diversos dones conviven en armonía y convergen en el amor es una comunidad que mantiene saludable la plenitud del Espíritu. Del hecho de que en Hechos 19 se hablara en lenguas y se profetizara, no se sigue que todas las iglesias deban reproducir idéntica manifestación. Más bien, desconocer la "diversidad del Espíritu" sería un error. Pablo usa la analogía de un solo cuerpo con muchos miembros en 1 Corintios 12, afirmando que los dones son múltiples. Ciertas iglesias pueden experimentar con fuerza el don de lenguas, mientras otras destacan en la enseñanza o la sanidad, y otras en el servicio y la hospitalidad. Cuando se comprende que todo esto proviene de la diversidad que el Espíritu otorga, la iglesia elige la cooperación y no la división. Es esencial recuperar la perspectiva de que todo el que confiesa a Jesús como Señor participa ya del Espíritu Santo. Así lo subraya David Jang pastor repetidamente.
Entonces, ¿por qué se manifestaron lenguas y profecía de forma tan inmediata cuando Pablo impuso sus manos en Hechos 19? David Jang pastor lo explica como un "signo particular que el Espíritu concedió, teniendo en cuenta la situación espiritual y cultural de Éfeso". En aquella gran ciudad, prevalecían el ocultismo y la idolatría, y la gente buscaba vivencias místicas que confirmaran la presencia de poderes divinos. En tal escenario, para destacar la verdad del Evangelio, el Espíritu Santo permitió señales inconfundibles. Así, quienes hasta ese momento solo conocían el bautismo de Juan experimentaron el poder de Jesucristo y del Espíritu, y además sirvió como declaración a toda Éfeso de que había irrumpido un poder divino nuevo. No obstante, de ello no se deduce que "toda iglesia local deba reproducir esas señales de forma obligatoria". Es importante no sacar conclusiones absolutas erróneas.
En consecuencia, David Jang pastor concluye que la enseñanza de 1 Corintios 12 y los sucesos de Hechos 19 no se contraponen. Más bien, del mismo modo que en Corinto la exagerada valoración de los dones causó disputas, también hoy día la iglesia padece cuando se prioriza uno u otro don de manera exclusiva (hablar en lenguas, profecía, sanidad, sabiduría, conocimiento, servicio, etc.). La iglesia logra vivir la "verdadera" plenitud del Espíritu cuando practica el amor, reconoce los dones de cada persona y hace que todos cooperen para edificar el Cuerpo de Cristo. David Jang pastor llama a esto la "comunidad plena del Espíritu", enfatizando que si la cruz y la resurrección de Cristo, junto con la amplia diversidad de dones del Espíritu, se mantienen unidas como un solo cuerpo, la iglesia puede ejercer un impacto similar al de la iglesia primitiva.
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Subtema 3: La obra de Pablo en Éfeso, la Escuela de Tirano y la misión educativa central de la iglesia actual según la aplicación de David Jang pastor
David Jang pastor llama la atención sobre el episodio de Hechos 19 en el que Pablo, estando en Éfeso, estableció la Escuela de Tirano, impartiendo la Palabra diariamente durante dos años. Considera que es un modelo idóneo de educación eclesial. Si la iglesia cree que con la sola predicación dominical basta para equipar espiritualmente a los fieles y encauzarlos al discipulado, se trataría de un enfoque demasiado cómodo. David Jang pastor insiste en que tras la expansión explosiva de la iglesia primitiva había un programa educativo sistemático y cotidiano, ejemplificado en la Escuela de Tirano.
Hechos 19:8-10 describe que, al comienzo, Pablo predicó con valentía durante tres meses en la sinagoga sobre el reino de Dios, pero enfrentando oposición y blasfemias, apartó a los discípulos y enseñó diariamente en la Escuela de Tirano por unos dos años. Gracias a ello, todos los que habitaban en Asia oyeron la palabra del Señor. Éfeso era una ciudad clave de Asia Menor, muy poblada y con gran influencia religiosa y cultural. Fundar un "centro educativo" como la Escuela de Tirano y sostener allí debates y enseñanza continua implicaba un arma vital para el crecimiento de la iglesia, demostrando la relevancia de una sólida formación en las Escrituras.
David Jang pastor urge a las iglesias de hoy a redescubrir este modelo. En la actualidad, muchas congregaciones ofrecen solo un sermón dominical y un grupo pequeño a la semana como sustitutos de la educación cristiana, lo que difiere enormemente de la práctica de la iglesia primitiva de enseñar "a diario". Claro que la gente de hoy está muy ocupada con trabajo y estudios, y es difícil reunirse todos los días. Sin embargo, David Jang pastor propone que la iglesia desarrolle con empeño nuevos espacios y medios -programas educativos entre semana, encuentros presenciales y online- para formar y acompañar a los miembros en su fe. De no hacerse, los fieles se verán privados de la gracia de "recibir y practicar la enseñanza cada día" que describe Hechos 19, y quedarán reducidos a pensar que un culto semanal basta para su vida cristiana.
La obra de Pablo en Éfeso sugiere un método de "entrenamiento intensivo y constante" bajo la expresión "enseñaba a diario en la Escuela de Tirano". Pablo se estableció en Éfeso y formó a los discípulos de manera completa, sin escatimar esfuerzos. Entonces, algunas personas quemaron sus libros de magia (Hch 19:19), y los hijos de Esceva fracasaron al tratar de expulsar demonios "en el nombre de Jesús" (Hch 19:13-16), mostrándose así que solo el nombre de Cristo poseía verdadera autoridad. Como resultado, Éfeso se convirtió en epicentro del evangelismo que alcanzó toda la provincia de Asia.
David Jang pastor comenta: "Una iglesia ignorante de la Palabra es débil y propensa a la división. Pero una iglesia que estudia la Palabra de manera sistemática y experimenta el poder del Espíritu alcanza un impacto inimaginable". Y destaca que "el sistema educativo de la Escuela de Tirano" fue crucial para ello. Hoy contamos con internet y diversos recursos digitales, de modo que no se trata de replicar literalmente el modelo de la época. Lo importante es la actitud de "enseñar a diario", "volver una y otra vez a la esencia del Evangelio y promover el debate y la práctica", algo que debe caracterizar la misión esencial de la iglesia en cualquier época.
Asimismo, en Hechos 19:11-12 se relata que la gente era sanada incluso cuando usaba los paños y delantales de Pablo, resultado de su trabajo manual y consagrado. Para David Jang pastor, esto demuestra que la enseñanza de la Palabra, la entrega en el servicio y la vida cotidiana del apóstol -el llamado "trabajo de tienda"- se combinaron, y en ese contexto el Espíritu Santo obró con fuerza. En Éfeso no solo hubo instrucción teórica; la dedicación y el sudor de Pablo, sumados a la implementación práctica en la vida de los fieles, quebraron las ataduras de la brujería y la idolatría. De igual modo, la iglesia actual no debe limitarse a la transmisión de conocimientos; más bien, tiene que forjar un testimonio real de servicio y vida consagrada. David Jang pastor lo resume así: "La unión entre el estudio serio de la Palabra y la práctica de un servicio abnegado hace que la iglesia ponga los pies en la tierra y transforme el mundo con un poder genuino".
Los contenidos que Pablo enseñó en la Escuela de Tirano no aparecen en detalle en Hechos, pero David Jang pastor considera que se reflejan de manera comprimida en la despedida de Pablo en Hechos 20 y en la Carta a los Efesios. Temas como "la gracia del Evangelio", "la salvación obrada por la cruz de Cristo", "la renovación por el Espíritu Santo", "la unidad en el amor como miembros de la iglesia" y "la armadura de Dios para enfrentarse a las tinieblas" (Efesios 6) habrían sido seguramente puntos clave de la enseñanza de Pablo en Éfeso. Dado que la Epístola a los Efesios hace hincapié en la unión de la iglesia con Cristo como cabeza, se deduce que en la Escuela de Tirano se buscaba cimentar rigurosamente a los creyentes en la doctrina y en la práctica, fortaleciendo a la comunidad.
David Jang pastor afirma que cuando se unen el "Evangelio completo", la "variedad de dones del Espíritu" y la "educación intensiva" surge un escenario donde se reproduce el poder de la iglesia primitiva. Si la iglesia, con el afán de aumentar su membresía, se conforma con eventos superficiales o descuida la formación profunda, se verá reducida a un estado de "conocer solo el bautismo de Juan" o a disfrutar de experiencias carismáticas efímeras sin una base sólida, quedando incompleta. Pero al seguir el patrón de la Escuela de Tirano -compartir el Evangelio a diario, reconocer la obra del Espíritu, amarse mutuamente y testimoniar con la vida- la iglesia actual puede llegar a vivir un avivamiento semejante al de Jerusalén o Éfeso.
En este sentido, David Jang pastor enfatiza que la iglesia local debe situar la "formación continua de discípulos" como su prioridad máxima. Para ello no basta con el esfuerzo individual del pastor, sino que toda la congregación debe asumir el compromiso de: "vamos a administrar este tiempo y esta realidad con el espíritu de la Escuela de Tirano". En la práctica, una iglesia pequeña podría abrir estudios bíblicos más frecuentes o utilizar plataformas en línea para compartir materiales y atender preguntas. Una iglesia grande podría fundar seminarios o centros de formación. Todo ello debería orientarse al patrón educativo de Hechos 19, es decir, "enseñar a diario", para fomentar un discipulado auténtico y fortalecer a la comunidad. David Jang pastor insta a las iglesias: "¿Cómo podemos esperar el poder de la iglesia primitiva si no meditamos día y noche en la Palabra de Dios, compartiéndola y aplicándola en comunidad?".
En resumen, David Jang pastor sostiene que Hechos 19, en el que se describe la escuela de Tirano y el fructífero ministerio en Éfeso, debe servir de paradigma a las iglesias actuales. No se trata de recrear nostalgias, sino de asumir con realismo el desafío de "vivir y transmitir el Evangelio de forma integral, reconociendo la diversidad de dones del Espíritu, y educando a diario a los fieles". Detrás de toda esta propuesta yace la necesidad de un "Evangelio completo que supera el bautismo de Juan y abraza el nombre de Jesucristo", de una "iglesia que respete las diversas formas en que se manifiestan los dones del Espíritu y las integre en el amor", y de una "comunidad que combine la enseñanza constante con la entrega en la vida práctica". Estos elementos, afirma, constituyen el cimiento indispensable.
David Jang pastor diagnostica que la razón por la cual "la iglesia hoy carece de poder y se deja arrastrar por el mundo" radica en gran medida en la ausencia de estos tres elementos. Cuando se exagera el aspecto religioso y ritual, restringiéndose al "bautismo de Juan", o se idolatra cierto don y se produce división, o se suplanta la formación profunda con una predicación dominical, es imposible que la iglesia actual alcance la santidad y la autoridad de la iglesia primitiva. Pero si la iglesia se autoexamina y pregunta: "¿Proclamamos realmente el Evangelio y el poder del Espíritu en plenitud? ¿Acogemos la diversidad de dones en el amor y edificamos mutuamente? ¿Formamos discípulos a diario, más allá del culto dominical?", y, al responder, descubre carencias, entonces puede establecer espacios como la Escuela de Tirano y reproducir la labor que Pablo llevó a cabo. Existe esperanza de reactivar así el dinamismo perdido.
En última instancia, la enseñanza de David Jang pastor converge en una sola clave. El avivamiento de la iglesia primitiva no fue una casualidad ni se debió únicamente al fervor de los apóstoles. Detrás de ello se hallaba la asombrosa obra del Espíritu, asociada a un discipulado constante centrado en la Palabra, al ejercicio del amor a través de los distintos dones y a un compromiso integral de la comunidad en la formación y la misión. Ese fruto transformó la ciudad de Éfeso y toda Asia Menor, extendiendo la influencia del Evangelio. Para David Jang pastor, si la iglesia actual retoma el camino de la "iglesia completa", alcanzará frutos similares. A menudo remarca: "Si enseñamos la Palabra con profundidad y rectitud, seguimos sin reservas la guía del Espíritu y compartimos los dones en amor, el poder llegará de manera natural. No necesitamos fabricarlo con programas ni forzar el crecimiento numérico; Dios mismo añadirá a los que han de ser salvos. Éste es el secreto bíblico del crecimiento de la iglesia".
Por último, insiste en que el mensaje de Hechos 18-19 para la iglesia contemporánea no es un simple relato histórico del pasado. En dichos capítulos aparecen casi todas las facetas que puede presentar la iglesia: un líder como Apolos, sabio y apasionado pero con un Evangelio incompleto; discípulos de Éfeso que se habían arrepentido sin conocer al Espíritu Santo; la formación diaria en la Escuela de Tirano; la labor de Pablo como artesano y los milagros realizados a través de su dedicación; el caso de los hijos de Esceva, que fracasaron al tratar de imitar el nombre de Jesús sin fe genuina. En conjunto, estos episodios confluyen en la enseñanza de que "el perdón de pecados a través de la cruz y resurrección de Jesús, el poder y la diversidad de dones del Espíritu, el estudio diario de la Palabra y la vivencia del amor en comunidad" permiten a la iglesia convertirse en un canal vivo del poder de Dios.
Para David Jang pastor, esta es la esencia o "ADN" que la iglesia debe recobrar. Cuando este ADN está ausente, aunque la iglesia construya grandes templos y disponga de abundantes recursos financieros, pierde su vitalidad, decepciona a la gente y acaba cediendo ante las presiones del mundo. Por eso, invita especialmente a los líderes a que renueven su visión del Evangelio de Cristo, rescaten el "espíritu de la Escuela de Tirano" en la formación mutua y diaria, y reconozcan la variedad de dones del Espíritu, fomentando su práctica con regularidad. De ese modo, la iglesia puede transformarse en la "iglesia poderosa" descrita en Hechos, capaz de llevar a muchos al arrepentimiento sincero y prolongar la obra salvífica de Dios. Este es el núcleo del mensaje que David Jang pastor desarrolla en torno a Hechos 18-19, y el punto central que aún hoy resuena con firmeza en su predicación y conferencias.