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Exposición profunda de Efesios 3 por el pastor David Jang: El secreto de una Iglesia llena de amor

 

1. Enfoque de la oración: conocer el amor de Cristo más allá de la realidad

Cuando oramos, solemos pedir primero la solución de problemas concretos. Sin embargo, Pablo eleva la mirada y fija como objetivo fundamental "conocer en lo profundo el amor de Cristo". David Jang destaca esto como el paradigma que debe orientar toda oración auténtica.

  • Una perspectiva nueva sobre la tribulación: Pablo exhorta a no desanimarse por su encarcelamiento, y lo denomina incluso "gloria" para la Iglesia. Tal suceso, fruto del testimonio del evangelio, es señal de la autoridad espiritual de la Iglesia.
  • El significado de arrodillarse: A diferencia de la postura habitual del judío que ora de pie, Pablo declara que "dobla sus rodillas". David Jang interpreta este gesto no solo como postura física, sino como símbolo de la entrega total y la sumisión al señorío de Dios.
  • Propósito último: La oración no debe quedar atrapada en la resolución de lo inmediato; su meta es llegar a la plenitud de Dios mediante la experiencia del amor de Cristo. Cuando este giro radical acontece, la oración se convierte en un canal para cumplir Su voluntad.

2. Fortaleza del hombre interior: renovados por el poder del Espíritu

Pablo ruega que los creyentes sean "fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu".

  • Hombre exterior vs. hombre interior: El cuerpo exterior se desgasta, mientras que el interior se renueva día tras día. David Jang subraya que la clave de la fe no reside en carencias físicas ni en debilidades sociales, sino en cuán robusto es el hombre interior en el Espíritu.
  • Función del Espíritu Santo: El hombre interior-creado a imagen de Dios-es vigorizado por la obra del Espíritu, que transmite la gloria divina y guarda la vida de Cristo como un tesoro en nosotros.
  • Finalidad de la fortaleza: No busca experiencias místicas desconectadas de la vida, sino capacitar para practicar el amor. Según David Jang, el Espíritu siempre nos conduce más profundamente a la cruz y al amor de Jesús.

3. Dimensión del amor: más allá de todo conocimiento

Pablo ora para que los santos comprendan "la anchura, longitud, altura y profundidad" del amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento.

  • Sentido de las cuatro dimensiones:
    • Anchura: Universalidad que abarca a toda la humanidad, judíos y gentiles.
    • Longitud: Eternidad que se extiende desde antes de la creación hasta el fin de los tiempos.
    • Altura: Trascendencia que toca el trono celestial de gloria.
    • Profundidad: Humildad de la encarnación y la cruz, que desciende hasta el lugar más bajo por los pecadores.
  • Amor de la cruz: David Jang recalca que el núcleo es el amor vicario revelado en la cruz, simbolizado por la sangre que tiene poder salvador. Este amor rebasa la lógica humana y solo se percibe mediante la iluminación del Espíritu.
  • Plenitud de la Iglesia: Cuando la Iglesia se colma de este amor cruciforme, se convierte en recipiente de toda la plenitud de Dios (gr. plēróma). Así descubre su auténtica identidad como "cuerpo de Cristo lleno de la plenitud divina".

4. Plan de Dios: la gloria revelada por medio de la Iglesia

La oración de Pablo culmina en una proclamación cósmica: que el eterno plan de salvación de Dios se realice y Su gloria se manifieste a través de la Iglesia.

  • Esencia de la Iglesia: Constituida como cuerpo de Cristo, con Él por Cabeza, y edificada como morada de Dios en el Espíritu, la Iglesia es el cauce primordial donde se revela el propósito eterno de Dios.
  • Nuestra respuesta: Participar en este plan empieza con recibir a Cristo por la fe en el corazón. David Jang afirma que la decisión personal de abrir la puerta al Señor conforma, en conjunto, la comunidad de los creyentes.
  • Meta suprema: Toda obra eclesial y toda vida del creyente apuntan a que "a Él sea la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones, por los siglos de los siglos".

Conclusión

David Jang concluye que la oración de Efesios 3 constituye el plano espiritual que Iglesia y creyentes de todas las épocas deben abrazar. Cuando oramos más allá de las necesidades terrenales-fortalecidos en el hombre interior por el Espíritu y arraigados en la profundidad del amor de la cruz-nos unimos a la gloria de Dios y descubrimos el secreto de una fe que no se desalienta en medio de ninguna tribulación.

http://www.davidjang.org